El efecto sorpresa es la opción que ha escogido la Dirección General de Tráfico (DGT) para que su medida resulte más efectiva y también recaudatoria. Tráfico ha decidido amortizar el gasto que han supuesto los nuevos radares y ha comenzado a ajustar los márgenes a la baja, lo que implica una mala noticia y muchas explicaciones para los conductores.
El aumento de las multas de tráfico, considerando que durante este verano las cifras en vigilancia eran sustancialmente más reducidas que durante el anterior, fue el inicio para empezar a sospechar de algo extraño. Y la explicación a lo que ha ido desgranándose a lo largo del verano, encuentra su razón en los radares y velocímetros y cómo Tráfico está bajando de manera continuada los márgenes que conceden.
Si anteriormente se tenía cierta tranquilidad de que había unos márgenes establecidos que podían ofrecer concesiones y hacer discutibles las multas de tráfico, desde ahora ese margen se ha visto reducido alegando para ello el repunte de la siniestralidad. Una práctica muy discreta pero continua que durante el verano se ha ido llevando a cabo y ahora ha sido descubierta para la sorpresa de los conductores.
Y es que si antes concedían 10 km/h en las mediciones por debajo de los 100 km/h, esto se tiene que dejar ya a un lado, dado que la Ley ahora contempla un error máximo de los radares de 4km/h en los fijos y de 7 en los móviles. En lo que respecta a las mediciones por encima de los 100 km/h, en donde el margen legal es de 4 por ciento para los radares fijos y 7 en los móviles, con un límite de 120 km/h disparan ahora a partir de los 130 km/h.
Más radares y menos concesiones
Circulando y teniendo por norma el límite 50 km/h, antes los radares saltaban a partir de 61 y ahora ya multarán a partir de los 58 km/h. Por todo ello, teniendo en cuenta el posible y futuro aumento de radares en las carreteras y su menor concesión con los límites, habrá que tener especial cuidado para que no se disparen las sanciones a lo largo de estos meses.
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