Siguiendo la estela que otros han abierto en el camino, nos encontramos con otro episodio de accidente, multa de tráfico y posterior huída. En este caso el protagonista es el hijo mayor del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, un hecho que no ha quedado ajeno ni a la polémica, ni a comentarios.
Los hechos tuvieron lugar el sábado por la noche cuando el primogénito de Gallardón tuvo un impacto contra otro vehículo a la altura del número cinco de la calle Almagro, en el distrito madrileño de Chamberí. Este suceso no habría pasado a ser tan relevante de no haber sido porque tras el accidente el hijo del ministro de Justicia se dio a la fuga sin facilitar ningún tipo de dato a los otros conductores.
Según el testimonio del otro conductor que relató lo sucedido a la Policía, el hombre que llevaba el coche a nombre de Ruiz-Gallardón se subió a él y simplemente, se marchó sin mediar palabra. Esta acción hizo que el conductor afectado en el choque no se quedase indiferente y siguiese al vehículo en su particular fuga. Una persecución que duró poco, dado que a unos escasos metros, el hijo del ministro aparcaba el vehículo en su garaje situado en la plaza de Alonso Martínez.
‘Hacerse un Aguirre’ para sortear multas
En este punto el conductor implicado decidió dar parte a la Policía Municipal con el fin de conseguir datos del conductor infractor. La identificación puso nombre y cara al conductor fugado, determinándose que era el hijo mayor de Alberto Ruiz-Gallardón. Un episodio que nos vuelve a traer a la cabeza el protagonizado en su día por Esperanza Aguirre en pleno centro de Madrid. Hacerse un ‘Aguirre’ para salvarse de las multas de tráfico o de una situación incómoda cuando se es un personaje público, no se escapa a las autoridades y mucho menos de la polémica.
Me gustaría saber qué consecuencias tendría si el fugado fuera yo. Mi padre no es ministro pero por ser agricultor no es menos que Ruiz Gallardón. Me parece otra aberración más para añadir a la larga lista de incidentes que protagoniza nuestra casta de la que no estoy nada orgulloso… cada día tengo más claro que se protegen entre ellos y marcan las leyes en su beneficio.
Si tuvieran un mínimo de vergüenza, asumirían sus responsabilidades como hacemos todos. No merece la pena perder tiempo escribiendo acerca de ellos pero me indigna que un hombre hecho y derecho no tenga un par de huevos para afrontar un incidente que nos ha pasado y que nos puede pasar a cualquiera, pero me/nos honra el «no actuar como los gallinas» metiéndonos bajo el paraguas de papi.
Estimado usuario,
Ojalá pudiéramos decirle lo contrario porque significaría que estamos ante una sociedad justa e igualitaria, pero con muchos casos de la actualidad, vemos que esas máximas no se cumplen. Los ciudadanos tienen que vivir asfixiados de multas de tráfico para poder ingresar una buena recaudación tanto el Estado como por supuesto ciudades y municipios. Si hay un delito mayor toca sin duda prisión, pero cuando se trata de personas con ciertos cargos, creen que pueden salir con total impunidad de todo. Por ello tenemos que defendernos siempre y denunciar aquéllo que nos quite aunque sea lo mínimo para alcanzar los ideales.
Un atento saludo