Las excusas son sencillas de poner y aduciendo a la contaminación y al excesivo tráfico de las ciudades, el gobierno ruso ha hecho efectiva una nueva prohibición que impedirá una conducción libre para todos. Los motivos que utilizan como justificación han puesto en pie de guerra a los ciudadanos que ven de nuevo cómo les cortan sus libertades a través de la dura discriminación.
Desde el pasado 29 de diciembre no todo el mundo que vive en territorio ruso, puede conducir o incluso sacarse el carnet. Esto se debe a que el gobierno de Rusia ha aprobado un veto que deja fuera de la circulación a muchos ciudadanos resaltando numerosos motivos que retan a los mismos derechos y libertades individuales. Por ello considerando como favorable para la seguridad vial y la reducción de contaminación, menos vehículos en las carreteras, se impedirá la conducción de los transexuales, personas con ‘desórdenes mentales’, ludópatas e incluso los que tengan una altura inferior a 1,50 metros entre otros.
Se busca también endurecer el acceso al carnet de conducir y para ello consideran del todo justificable esta estricta forma de elegir quiénes pueden o no pueden conducir su vehículo en las carreteras del país. Una decisión que ante todo la defienden bajo el paraguas de la seguridad, al indicar que se busca reducir las muertes en accidentes de tráfico y para ello se realiza esta peculiar selección.
Prohibición disfrazada de seguridad
Muchas asociaciones de derechos humanos y psiquiátras están llevando con esto su particular lucha, dado que ven el mejor pretexto para que el gobierno ruso siga persiguiendo y recortando derechos por la tendencia sexual de su población. Una triste realidad que quieren disfrazar de seguridad vial.
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