Se sabe a ciencia cierta que los conductores que avisan de los controles de radares, así como las numerosas aplicaciones que han nacido y crecido alimentadas por la necesidad de combatir el ánimo recaudador, no están bien vistas e incluso cada vez más perseguidas por las autoridades. El hecho de hacer unas fotos a un radar escondido puede implicar un conflicto con los agentes así como en última instancia y según circunstancias hasta multas.
Un episodio que contiene estos ingredientes y que ha terminado para un conductor de Tarragona con condena y multa de 80 euros, tal como ha dictado en la sentencia el Juzgado de Instrucción número 5 de Tarragona. El conductor en cuestión, cansado de los abusos policiales, tal como él mismo había manifestado, decidió hacer una operación de espionaje por su cuenta, teniendo el móvil como instrumento para fotografiar en directo al vehículo radar de los Mossos d’ Esquadra que se encontraba en el arcén de la N-240 en Sant Salvador.
Resultando este dispositivo de control móvil escondido y siendo una práctica habitual de los agentes, este conductor decidió realizar unas fotografías para posteriormente dar aviso en las distintas redes sociales siendo sorprendido en el momento por los agentes que le solicitaron su DNI y documentación.
Opiniones negativas contra los radares escondidos
La situación sobrepasó al conductor que nervioso y cansado de esta forma de operar, faltó el respeto a los agentes, perdiendo con ello las razones y llevándole a su segura detención. Su demostración del control ilegal, le salió cara, aunque resulta una de las formas más prácticas y legales de sorprender a los agentes camuflados que buscan las multas de tráfico, anteponiendo con ello la seguridad vial.
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