Un Mosso d’Esquadra a punto de ser ascendido, tomó como una de sus últimas misiones en su cargo, ajustar una cuenta pendiente con un antiguo vecino con el que estaba enemistado. Su venganza, aprovechando su condición de agente se basaba en dos denuncias de tráfico falsas por las que ahora la fiscalía solicita una pena de cuatro años de cárcel.
Todo sucedió durante la noche del pasado 30 de noviembre, cuando el agente de la polémica, realizaba su última labor de servicio en la comisaría de El Prat de Llobregat, antes de que un ascenso le trasladase de zona. Como forma de despedirse y de zanjar una antigua controversia con un vecino, que antiguamente fue amigo, este Mosso d’Esquadra aprovechando su cargo, le decidió imponer dos multas de tráfico falsas como forma de venganza.
Tal como ha puesto de manifiesto el Ministerio Fiscal en relación a este caso, el agente abrió un expediente sancionador alegando como motivos que este exvecino había sido sorprendido hablando por el teléfono móvil así como el hecho de circular sin la utilización del cinturón de seguridad. Dos infracciones impuestas en la noche del 30 de noviembre en el punto kilométrico 192 de la C-31.
Recursos para comprobar la inocencia
Unos datos que han servido para determinar que ambas infracciones eran falsas, dado que el conductor pudo demostrar a tiempo y con recursos que en ninguno de los dos casos, estuvo ese día y a esa hora circulando por el lugar que se especificaba en las denuncias dela gente. Un delito de falsedad de documento oficial por el que la Fiscalía solicita ahora cuatro años de cárcel, una multa de 5.400 euros y la inhabilitación para el ejercicio de la profesión de este miembro de la autoridad.
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