Cierto es que aunque hay algunos comportamientos que son completamente conocidos y sancionables, muchas veces pecamos por ignorancia en algunas acciones al volante. Sin embargo la ley no exime el desconocimiento y una inocente situación puede salirnos especialmente cara. Aquí os dejamos algunos ejemplos de estas multas de tráfico inconscientes:
Ante una avería repentina, los nervios nos pueden jugar malas pasadas. El estrés ante la situación de que el coche nos deja tirados en plena carretera, puede hacernos olvidar algunos de los protocolos básicos en la seguridad de la carretera. Es por ello que olvidar poner los triángulos o el chaleco reflectante para el caso, puede acarrear al sufrido conductor un gasto más al añadido de la avería. Las multas de tráfico por esta razón alcanzan los 200 euros. Por lo que ante situaciones repentinas, mucha sangre fría y memoria.
Para los que cogen el coche habitualmente, puede que no entre ya en su rutina un paso que siempre se tiene que dar. Olvidarse la documentación del vehículo puede traer problemas en caso de que nos detenga la policía, pero constituirá una multa seguro si no se lleve el mismo carnet de conducir. Normalmente la situación termina con una penalización de 10 euros o una bronca de la autoridad sin llegar a tramitarse multa de tráfico. Pero siempre es mejor ser previsor para no tener que lamentar determinadas escenas.
Por el contrario si se lleva el permiso de conducir pero éste por los devaneos de la vida se nos ha pasado renovarlo, sí que nos saldrá un gasto más caro, debido a que implica multas de 200 euros. Una revisión a tiempo nunca está de más para evitar que los papeles sean los responsables de una sanción. Conocer estos casos y contar con un buen asesoramiento siempre será la mejor forma de que no nos pillen despistados y caer en estos gastos más que inesperados.
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