La ligereza con la que se imponen multas de tráfico a los conductores y el miedo a que un recurso no prospere hace que normalmente se pague automáticamente estas sanciones sin intentar una defensa ni comprobar que la denuncia sea correcta.

Acostumbrarse a pagar no es una buena idea y más en los tiempos que corren. La carrera de muchos municipios y ciudades por intentar generar beneficios a base de multas de tráfico es un hecho real que convierte en sanción cualquier acción con objeto de regenerar las cuentas. Es por ello, que muchas de estas acciones con más prisa por hacerse efectivas de cobro, pecan en la falta de una serie de formalidades o puntos obligatorios que pueden ser la solución para que los conductores lleven a cabo un recurso.

Conocer estas pautas clave de contenido que en toda multa de tráfico deben constar para que sea legal es fundamental, además de tratarse de una vía de escape para poder recurrir en caso de que alguno de estos puntos falle en la denuncia. Una serie de piezas irremplazables y necesarias en este puzzle que presentamos a continuación:

1. La identificación del vehículo, matrícula, marca y color con el que se comete presuntamente la infracción.
2. Identidad del conductor.
3. Una relación con los datos claves de la denuncia que van desde la hora exacta, el lugar y la fecha de la supuesta infracción.
4. Cuando la multa de tráfico la lleva a cabo un Agente de Policía Municipal o Movilidad tiene que constar el DNI del conductor, su nombre y domicilio.
5. Reflejar el tipo de sanción por la que se penaliza, su cuantía económica y en caso de pérdida de puntos, el número exactos que la infracción conlleva.

Cualquier detalle de este tipo que falte o que esté equivocado en la denuncia puede ser perfecto para plantar un recurso y ganar la partida a las autoridades. Sólo se requiere de atención y de perder el miedo que se tiene a recurrir las multas de tráfico. La mejor forma de proteger nuestros derechos e inocencia en múltiples ocasiones.