Cuentan con un alto valor económico y son el instrumento más fiable a la hora de imponer sanciones a los conductores. Por ello se ha convertido en un objetivo goloso para los ladrones y también para muchos ciudadanos que buscan tomarse su propia venganza al verse acosados por las multas de tráfico.
En tiempos de crisis, se puede sacar rendimiento a todo, por ello aunque nos parezca extraño nos encontramos con episodios de robo de señales de tráfico y ahora también de los propios radares de los coches que portan los agentes. Un objetivo que puede deberse a dobles intenciones tales como sacarle su rendimiento económico al tener un alto valor los cinemómetros o también eliminar de la circulación un dispositivo que haya sido el terror de los conductores.
De cualquier manera y como indican varios episodios ocurridos, los agentes han empezado a tomar una precaución como referencia al guardar en garajes municipales estos radares para que no se les sustraigan ante un robo en el vehículo. Esta medida ha sido la salvadora en el caso del robo perpetrado a los agentes de Camariñas, en el municipio de Carballo en la provincia de La Coruña. Un acto que causó daños en el vehículo y también la pérdida de diverso material que se encontraba en el interior.
Más médidas de seguridad
Un problema que está causando inseguridades al verse de manera sencilla vulnerados los cierres y sistemas de seguridad de los vehículos. Por venganza o simplemente como móvil económico, ahora los agentes también pueden ser víctimas de robos, teniendo como objetivo los polémicos radares. Un motivo por el que exigen más medidas de seguridad o nuevas vías para que estos medios se encuentren en garajes o lugares con más protección.
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