Los radares instalados en determinados puntos de las carreteras españolas siguen resultando un modo muy eficaz para que Tráfico controle las velocidades e infracciones de los conductores, además de ser un motor importante para generar riqueza a base de lo recaudado a través de las multas de tráfico.

No son ningún misterio, dado que se alerta de ellos en carteles, avisos y la ayuda incondicional de los GPS, sin embargo los radares fijos siguen siendo un blanco fácil para los conductores y el principal motivo de multas de tráfico. Si ya en su día indicamos una lista con los puntos exactos donde están ubicados los radares fijos de la DGT, vamos ahora a precisar a los conductores, cuáles de estos dispositivos son los que les pueden salir más caros de ser pillados acelerando más de la cuenta.

Con un importe medio de 121,82 euros, tenemos que destacar uno de los radares que más quebraderos de cabeza da a los conductores. Se trata del instalado en Madrid en la carretera A-4, concretamente en el kilómetro 13,33. Su límite de velocidad es de 100 km/h y está justo situado antes del desvío de la M-30 y la M-40, en sentido decreciente.

A este tenemos que añadirle otros puntos conflictivos todos ellos en Madrid. Uno de ellos situado en la carretera A-5 en el kilómetro 12,07 tratándose de un límite de 80 km/h o el radar previo instalado a la entrada de los túneles del Pardo, que multa si se supera el límite de 100 km/h en la carretera M-40, kilómetro 52,7.

Alejándonos de Madrid y como hay también peligro en otros lugares, llegamos al término de Ciudad Real, un punto realmente conflictivo que en un solo mes se encargó de poner 14.349 multas. Este radar situado en la A-4 en el kilómetro 219,557, se encuentra en una zona de curvas antes de Valdepeñas que precisamente por su ubicación y su límite de 80 km/h, hace que especialmente salga caro a los conductores más confiados.

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