Con faldas y al volante es como los taxistas están haciendo su particular protesta con la nueva ordenanza que impone un uniforme concreto así como otras medidas que los taxistas de Las Palmas de Gran Canaria tienen que cumplir a bordo del vehículo. Una crítica a la forma de imponer medidas y a la poca o nula consulta que ha recibido para ello su sector.
A partir del 1 de septiembre a los taxistas de Gran Canaria se les obligaba por ley a llevar un uniforme concreto a su puesto de trabajo. Para no contravenir las normas, eso hicieron pero intercambiaron sus pantalones largos por la falda como modo de protestar contra esta medida. Una reforma que se les ha impuesto y no ha sentado nada bien a los profesionales de este sector.
Otros puntos de la normativa que también les supondrán desde ahora una serie de obligaciones a los taxistas de la zona, será el uso de GPS, datáfono y la distinción de algunos vehículos con la Q de calidad turística. Aspectos menos polémicos pero igual de molestos para el sector al considerar que el Ayuntamiento les ha dejado fuera de toda elección.
Enseñar la pierna como forma de rebeldía
Lo que consideran ellos como una marginación en sus decisiones y el hecho de tener que vestir un uniforme que según ellos no se adecúa a las condiciones climatológicas del lugar, ha hecho que desde que entrara en vigor la norma, los taxistas se hayan puesto la falda para lucir piernas como gesto de rebeldía. Una manera peculiar de mostrar a la calle su desacuerdo.
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