Llegó el momento del año en el que toca pagar el denominado Impuesto de Circulación. Un gravamen municipal que no es ni mucho menos igualitario en las zonas, lo que puede hacer que unos paguen un precio muy elevado respecto a otros según el lugar en el que se encuentren. Aprovechando este conocimiento se pueden emplear ciertos trucos para que este pago salga más barato.
Si se quiere ahorrar, no está de más emplear en determinados casos un poco de picardía para poder beneficiarse de ciertos descuentos. El Impuesto de Circulación o también denominado Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica representa grandes variaciones entre unas ciudades y otras y mucho mayor en los municipios pequeños donde resulta realmente barato.
Por eso no es del todo descabellada la idea de registrar nuestro vehículo en el pueblo y de esta forma pagaremos menos. Esto no es una opción que implique problemas, sino que además es legal y del todo gratis que da explicación a que numerosos municipios cuenten con más vehículos empadronados que habitantes, dado que les sale mucho más económico que hacerlo en la capital.
Para seguir el procedimiento de manera correcta, primeramente la persona se tendrá que empadronar en el pueblo escogido y posteriormente ir a la Jefatura de Tráfico con en anterior Impuesto de Circulación abonado, la ficha técnica del vehículo, una fotocopia de la misma y el nuevo certificado de empadronamiento. El cambio se hará instantáneamente aunque la reducción no se verá efectiva hasta el siguiente año.
Otra forma de ver reducido el Impuesto de Circulación es matriculando tu coche como histórico aunque para ello es necesario que el vehículo tenga una antigüedad de más de 25 años y no siempre ese descuento será efectivo y notable en todos los municipios. Por lo que siempre cada uno de estos pasos tendrá que ser sumamente valorado ya que a veces puede compensar más el pago que el propio papeleo burocrático.
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