La velocidad en la piscina y en cada competición no es ninguna excusa para no cumplir las mismas normas que toda persona que se pone delante del volante. Por ello el atleta más laureado de la historia de los Juegos Olímpicos tendrá que hacer frente a la justicia y a la pertinente multa de tráfico por conducir ebrio duplicando la velocidad permitida.
Michael Phelps, nadador estadounidense, ha sido el último en apuntarse a los excesos en los límites de velocidad. Su delito, además de duplicar en velocidad la permitida de la vía, 135 km/h en una zona en donde no se puede pisar el acelerador a más de 72 km/h, se le añade el que fuese en estado ebrio al no poder superar los pertinentes test de alcoholemia.
Una imprudencia que podía haber terminado de manera dramática, dado que las autoridades insisten en que Phelps en un tramo concreto que comprendía un túnel de una carretera interestatal en Baltimore, no se llegaba a mantener en su propio carril generando una grave situación en materia de seguridad vial.
Una infracción reincidente
Sin embargo este episodio que ahora se hace mediático, no es el primero en el que el nadador se ve de nuevo envuelto en temas de multas y conflictos con la seguridad en carretera. Precisamente este nadador ya fue detenido en Mariland hace una década, cuando tenía 19 años, por conducir ebrio. Motivo que le llevó a una condena de 18 meses de libertad condicional. El castigo de ahora, todavía está por ver…
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