Una de las técnicas que más utiliza la Dirección General de Tráfico (DGT) para no tener que invertir en nuevos radares, pero no dejar que los conductores caigan en los excesos de confianza, reside en el cambio estratégico y periódico de estos dispositivos de lugar. Un método para jugar al despiste que resulta muy efectivo.
Coincidiendo con el cierre de la cuarta edición de las jornadas sobre seguridad vial que organiza la Universidad Católica de Murcia (UCAM), la actual directora de Tráfico, María Seguí hizo públicos los nuevos planes que se tienen para la provincia en materia de radares de velocidad. Lejos de lo que se podía llegar a pensar, Murcia no tendrá nuevos radares de momento en sus carreteras, aunque tampoco renuncia al enorme poder que ofrecen estos dispositivos.
Para ello, se ha apostado por el ahorro y de resultas de ello, se utilizará una técnica mucho más simple y barata para no dejar que la confianza se adueñe de los conductores, tal como precisó María Seguí en Murcia. La apuesta consiste en el cambio estratégico de lugares de los radares existentes para reducir la siniestralidad. La modificación irá «donde sea necesario, sobre todo a las carreteras convencionales que es donde se registra el 80% de las víctimas mortales», tal como recalcó Seguí.
Este cambio irá unido a uno de los elementos que está cobrando especial fuerza desde su llegada: el radar Pegasus. Con los dos helicópteros que este organismo cuenta en la Región y las nuevas ubicaciones de los radares existentes, se pretende que no haya un momento de relajación en las carreteras, poniendo la vista en el verano y los numerosos desplazamientos que tienen lugar a lo largo de esas fechas.
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