Una viajera fotografió al conductor del autobús jugando a PokemonGo mientras conducía. Lo investigan Tráfico y la empresa.
Algo tan cotidiano como subir unas fotos a su perfil de Facebook le ha supuesto un gran jaleo a una pontevedresa. Y es que hace unos días vio, sorprendida, cómo el conductor de su autobús llevaba abierto, junto al volante, la app de Pokemon. Por eso, hizo hasta 7 fotos y las subió a su perfil de Facebook, acompañadas del siguiente texto: «Hoy cogí el autobús de Pontevedra a Vilagarcía, mi sorpresa fue ver que el conductor venía jugando al Pokemon Go. ¡A qué extremos están llegando!». No se podía imaginar que eso iniciaría toda una investigación.
Por lo pronto, los expertos de la agrupación de Tráfico tienen previsto entrevistarse hoy con la autora de las imágenes. En las mismas, si bien se puede observar que en el terminal del móvil ubicado al lado del volante, aparentemente, está operativo el juego, no se puede discernir si el chófer manipula esta aplicación móvil al tiempo que conduce.
Las autoridades han interrogado a los implicados y han solicitado a la empresa del conductor, que identifique a su trabajador, ya que conducir y usar cualquier aparato móvil está prohibido. También se investiga si se causó un «grave peligro» en la circulación.
La fiebre de PokemonGo
Pocos días después del lanzamiento de PokemonGo se registraba el primer accidente de tráfico causado por estar jugando a la aplicación de realidad aumentada. Resulta que un chico de Auburn, Nueva York (EEUU), se le ocurrió la genial idea de jugar al vídeojuego mientras conducía. Su aventura Pokemon se vio interrumpida ya que por la distracción se salió de la carretera y terminó chocando contra un árbol. El chico de 28 años, por suerte, no resultó herido grave a consecuencia del accidente y no involucró a otros usuarios de la vía como coches o peatones.
Desde entonces se han sucedido los accidentes por conductores jugadores de Pokemon. Uno de los casos más llamativos es el que ha tenido lugar en Baltimore, donde un joven conducía distraído mientras jugaba, sin prestar atención a la carretera. La aventura terminó al colisionar con un coche patrulla de la policía, que se encontraba estacionado tras atender una llamada a las tres y media de la madrugada.
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