Se han convertido en uno de los servicios más útiles dentro del mundo de las aplicaciones de móvil y raro es el conductor que se pone de viaje y no acude en su consulta para tener datos al momento de posibles controles de policía. Su difusión y descargas son ahora el objeto de crítica de de los miembros de las fuerzas del orden que las tachan de formas «ilegales que ponen en peligro la seguridad».
La proliferación de aplicaciones como Waze o SocialDrive ha generado una preocupación en la policía que les ha animado públicamente a formular una acusación de ilegalidad que planea sobre estas apps que avisan de los controles. Para defender esta idea apoyan sus argumentos en que se tratan de unas informaciones que desvirtúan el trabajo policial, poniendo en riesgo la propia seguridad vial.
Su queja va más allá reclamando que sea el propio Ministerio de Interior el que entre a valorar si se trata de un servicio adecuado o si por el contrario incurre en delito y puede poner en peligro a los propios usuarios que no dudan en descargársela. Por ello como primera y propia iniciativa que los agentes están utilizando, se encuentra el pedir personalmente a Google Play que retire estas aplicaciones de su catalogo de España.
Rechazan el exceso de información
Por si no fuera suficiente van más allá con la crítica justificando el riesgo. Consideran que ofrecen demasiada información que puede ser muy mal utilizada, tales como el número de agentes, vehículos, sentido, tipo de control que aducen que puede ser usado también como guía para controlar los movimientos de los agentes y que los terroristas conozcan de primera mano esa información. Una justificación tal vez demasiado extrema para lo que realmente buscan los conductores con estas apps: evitar los controles sorpresa que tienen intención recaudatoria.
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