Si has decidido comprarte un coche nuevo, igual te planteas qué hacer con el coche viejo. ¿Lo vendes, lo regalas, lo llevas al desguace? Puede parecer una decisión muy complicada pero no lo es tanto. Tienes varias opciones y cada una de ellas tiene sus ventajas.

– Puedes llevarlo a un desguace o a un Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos (CAVT). Los primeros ya sabes lo que son: cumplen con esa imagen de cementerio de coches que tienes en la mente. Por norma general, ni te pagas ni tienes que pagar por que la grúa venga a llevarse tu coche. Los CAVT son muy parecidos a los desguaces pero desde un punto de vista más limpio y ecológico. Entregas el coche y unos cuantos documentos tales como el permiso de circulación o la ficha de la inspección técnica y se encargan de tramitar la baja y el certificado de destrucción.

– Si quieres sacarle provecho monetario a tu antiguo vehículo, puedes hacer uso de las ofertas de los concesionarios. Si bien es cierto que las ayudas ya no son lo que eran, el sector del automóvil se ha visto tan tocado por la crisis que todos tienen alguna que otra oferta. Lo ideal es ir preguntando en todos los concesionarios que te interesen y a ver qué te ofrecen, aunque la cifra de la rebaja también dependerá de qué coche les ofrezcas tú a cambio.

– También lo puedes vender a un particular. La compra-venta entre particulares es el proceso que probablemente más quebraderos de cabeza te llevará, pero al que probablemente más rendimiento le sacarás. Eso sí, esto sólo te vale si el coche sigue en condiciones de circular, aunque sea un poco.

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