Un agente notificador del ayuntamiento de Murcia ha sido condenado a una pena de dos años de prisión, además de pagar una multa de siete meses, tras haber admitido que falsificó documentos que llevaron a un ciudadano a tener que pagar más de mil euros por infracciones de tráfico que no había cometido.

La picaresca está a la orden del día y cuanto más cuesta arriba se hace la crisis económica, más técnicas para intentar sacar dinero o beneficios se unen a ella. Una situación que ha encontrado un verdadero negocio en el mercado de las multas de tráfico, especialmente perseguidas y utilizadas como medio recaudatorio y de engordar las arcas municipales.

Del mismo modo y como ya ha sido criticado en repetidas ocasiones por agentes de la autoridad, las multas de tráfico se han convertido en una auténtica preocupación no sólo para los conductores que tienen que tener ahora más ojo que nunca en las carreteras, sino para los propios agentes que tienen que ser especialmente estrictos en su imposición si quieren mantener intactos sus beneficios.

Es por ello, que muchos obsesionados con este punto, han decidido dejar los principios a un lado y caer en las redes del fraude para preservar intacto su rendimiento que se está midiendo más por el número de multas que se ponen que por otras acciones orientadas a la seguridad.

Un razonamiento que tal vez explicaría el motivo por el cual este agente de Murcia llegó a falsificar documentación referida a varias multas de tráfico que implicaron que un ciudadano tuviese que pagar más de mil euros por unas infracciones que en ningún momento había cometido.

Un ejemplo más del abuso que con las multas de tráfico se está cometiendo y que con los siguientes enlaces podemos corroborar en estos tiempos de crisis:

Un conductor gana un juicio en el que se le acusaba con tres multas falsas

Un agente se venga a base de multas de la grúa que le retiró su vehículo

 

Abrir chat
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?