Si de primeras cuando nos imponen una multa de tráfico el hecho en sí nos enfada, mayor aún será nuestra indignación si nos acabamos enterando que ese dinero se queda en el bolsillo del agente que nos pilló. Esta situación aunque parezca hipotética ha tenido lugar en Sevilla donde un Guardia Civil de Tráfico ha sido acusado presuntamente de apropiarse el dinero de 21 multas en un corto periodo de tiempo de dos meses.
El sospechoso en principio, paraba a los infractores, que casualmente siempre eran extranjeros no residentes en España y les imponía la pertinente multa que posteriormente él mismo se quedaba. Las cantidades variaban según el caso, entre los 63 y 420 euros, con lo que supuestamente se apropió de una cantidad total de 2.670 euros y en ninguna de las situaciones el imputado entregó en su unidad ni el dinero ni el boletín de denuncia.
Por todo ello, ahora la Fiscalía pide que responda el Guardia Civil, solicitando para él tres años de cárcel al considerar que ha vulnerado repetidamente un delito de malversación de caudales públicos, así como deberá indemnizar a la Dirección General de Tráfico por su mal servicio prestado.
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