Para evitar accidentes en las carreteras, la única política en la que se esfuerzan día a día es en la incorporación de nuevos radares de velocidad. Así de esta forma, los trazados que suponen riesgos o que se han convertido en puntos fuertes de accidentalidad, se llenan de radares para reducir a fuerza de sanciones, la velocidad.

Como objetivo prioritario, teniendo en cuenta que la Variante de Donostia, que circunvala la capital guipuzcoana, es considerada un punto negro por sus tres kilómetros que concentran numerosos accidentes, la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco no descarta la instalación de otro radar en la zona.

Esta vía soporta gran intensidad de tráfico y sirve tanto para la movilidad interna tanto de personas como de mercancías. La mayor parte de los siniestros de la denominada Variante se producen en sentido a Irún. Una preocupación que queda reflejada en datos, debido a que en 2013 estos tres kilómetros fueron el escenario de 45 accidentes.

El principal motivo se achaca al exceso de velocidad de una vía que cuenta con un límite a 80. Por ello para intentar frenar esta elevada siniestralidad que termina casi siempre en salidas de vía, se está realizando un estudio para modificar los límites en esa zona o también la alternativa de hacer pisar el freno a fuerza de multas con la incorporación de un nuevo radar. Una decisión que todavía está en el aire, pero que parece la mejor opción para preservar seguridad y aportar ingresos a las arcas. En caso de adoptarse esta medida, sería el único radar en esa dirección aunque no se descartaría que luego se multiplicase su número.

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