La crecida de las multas de tráfico en Sevilla no ha pasado desapercibida para sus habitantes y ante la dureza de la crisis y este feroz afán recaudatorio, el Defensor del Ciudadano ha decidido poner en jaque la actitud y trabajo «excesivamente celoso» de la Policía Local.

Para llegar a este extremo de enfado colectivo y de denuncia, a lo largo de este tiempo ha habido una serie de acciones y precedentes por parte de las autoridades que han «encolerizado» a los ciudadanos y que han puesto de manifiesto el auténtico deseo recaudatorio frente a la seguridad ciudadana. Uno de los mejores ejemplos para ilustrar el incremento de multas de tráfico, se ha producido por la cuidada vigilancia de la policía en las puertas de los colegios. Aprovechando las prisas de los padres, objetivo fácil, han logrado verdaderos «botines» en las puertas de Las Irlandesas o con la doble fila de otros centros educativos.

La Semana Santa también ha sido ampliamente aprovechada por los coches ponemultas que aprovechando el gentío y ciertas deferencias de los conductores a las procesiones, también han cargado de más sus arcas. Si a esto le sumamos la irrupción hace poco más de un mes de un segundo coche ‘ponemultas’ en las calles sevillanas, el número de sanciones sigue creciendo peligrosamente.

Tanto es así, que el Defensor del Ciudadano ha mostrado el malestar general y la preocupante actitud que están adoptando las autoridades, poniendo en jaque su profesionalidad ante el auge de una crisis económica que no remite ni ayuda.

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