El objeto de vigilancia de esta semana de la Dirección General de Tráfico (DGT) recae en el transporte escolar. Un medio seguro para viajar pero que por la vulnerabilidad de sus pasajeros, requiere de un control minucioso además de especial vigilancia en frecuentes campañas.
El transporte escolar es el medio a través del cual millones de alumnos asisten a diario a sus clases en centros de escolares. Se trata de un medio de transporte seguro, tal como reflejan las cifras de siniestralidad vial, dado que el pasado año no se registró ninguna víctima mortal entre los usuarios de este tipo de vehículos. Sin embargo estos datos no dejan que la DGT baje la guardia y por ello hasta el próximo 4 de diciembre mantendrá especial alerta con su campaña de seguridad.
El transporte de niños, unido a que la mayor parte de estos vehículos especiales circula por carreteras convencionales, sirve de motor para impulsar la vigilancia y control de esta campaña. Una acción que se caracterizará por la verificación de condiciones técnicas y elementos de seguridad del vehículo, entre los que destacan los requisitos especiales que debe cumplir el conductor de contar con permiso de conducir, así como los tiempos de descanso y conducción.
Especial atención a la velocidad y distracciones
Acciones que no resultan aisladas y que se complementarán con controles de velocidad y del uso de teléfonos móviles al volante u otros aparatos que distraigan la atención en las carreteras, al ser los dos factores (velocidad y distracciones) que implican más accidentes para este colectivo, además del aumento de dispositivos para la detección de drogas y alcohol entre conductores.
Como es habitual en este tipo de campañas, se ha invitado también para que se velen por las normas exclusivas de este transporte, a que los municipios de más de 20.000 habitantes se sume a la iniciativa para que la campaña y vigilancia sea tanto a nivel urbana como interurbana.
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