Cuando hablamos de multas de tráfico lo primero que se nos viene a la cabeza son los excesos de velocidad, la falta de respeto a la señalización o la ingesta de alcohol durante la conducción. Sin embargo existen una serie de multas muy típicas y fastidiosas que pueden fácilmente arruinarnos cualquier escapada o vacaciones por inesperadas.
En la carretera no debemos de bajar la guardia en ningún momento y aunque parezca una obviedad, cualquier acción que implique cierto grado de peligrosidad será sancionada. Esto se dice por los típicos ‘piques’ que cada día tienen lugar en las vías. Un simple acelerón para no dejarse coger o para mostrar el poderío de nuestro motor, puede salir bien caro, debido a que la multa asciende a 200 euros.
Por otro lado, si decidimos emprender un viaje y pecamos de excesos en el equipaje y sobretodo si no se cuenta con los adecuados elementos de sujeción, no nos libraremos de una costosa multa de 200 euros, que a buen seguro nos recordará siempre que viajar con menos es siempre más rentable y cómodo.
Y llegados hasta este punto vamos a entrar en las sanciones que más nos pueden parecer inesperadas pero que indudablemente se recibirán si no se conocen con anterioridad. Es muy común y sobretodo en verano, llevar la mano o el codo por fuera de la ventanilla. Un vicio muy generalizado entre los conductores, que irrita especialmente a la Policía aunque por este motivo no puedan multar, pero ¡ojo! que si se une alguna otra circunstancia desfavorable será inevitable la consecuencia económica.
Del mismo modo si por algún motivo sin explicación aparente se toca el claxón, se multará con 80 euros al conductor o si se lleva la música a tope. En este último punto es en el que nos quedamos en verdadero shock, porque desde luego que la elevada sanción de 6.000 euros que implica esta acción es el mejor argumento para que cuidemos nuestros oídos y bajemos el volumen casi sin discusión.
La sgilipolleces que se inventan para seguir robándonos dinero….