Tras pasar la prueba definitiva del Congreso, la nueva Ley de Tráfico pasará al Senado para finalmente terminar aprobada y lista para cumplirse. Esta última vuelta ha dejado cambios y matices en determinados puntos contra los que no se esperaban modificaciones, como es el caso de las multas por alcohol.
De primeras se tomó como solución radical y definitiva que con la nueva Ley de Tráfico, el consumo de drogas y alcohol antes y durante la conducción, tendría un mayor castigo económico. Las multas que se barajaban eran de 1.000 euros, duplicándose de esta forma su precio actual (500 euros), así como la pérdida de puntos del carnet de conducir. Pero tras la Comisión de Interior del Congreso se han producido ciertos matices que han suavizado la dureza esperada en este punto.
Finalmente la multa de tráfico será de 1.000 euros solo en aquellos casos en los que el conductor duplique la tasa de alcoholemia permitida (1 gramo de alcohol por litro de sangre) o que en todo caso sea reincidente en la acción, es decir, que haya sido sancionado por el mismo motivo durante el año inmediatamente anterior. De esta manera se cambiaba el proyecto inicial que aseguraba esta cuantía para todo conductor que fuese pillado en estado ebrio en el coche, independientemente si era la primera vez que le ocurría o incluso sin llegar a doblar lo permitido.
Unos matices que han hecho de este punto una reforma más suave de la esperada, que ha sido la más afectada tras su paso por el Congreso, junto con la obligatoriedad del casco para la bici en ciudad, que también en estos últimos días se ha acordado que afecte a los menores de 16 años, frente a lo que desde un principio se pactó y que afectaría a todo aquel que no hubiese logrado la mayoría de edad (comprendida en 18 años). Y tras suavizar las multas y los grupos no conseguir sus objetivos con otras peticiones, la nueva Ley de Tráfico sigue su curso con la siguiente parada, esta vez en el Senado.
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