Aunque la nueva Ley de Tráfico es sumamente específica y prohibitiva con los detectores de radar y teniendo estos una fecha de caducidad, los conductores quieren aprovechar sus últimos momentos para asegurarse no pagar multas por los radares de velocidad.
Vivir con intensidad el momento y aprovecharlo hasta que ya no se pueda, es la máxima que muchos conductores están manteniendo con la adquisión de sus detectores de radar. Saben y parece ser que no está sujeto a posibles cambios, que dentro de unos meses, cada vez más escasos, no podrán contar con este aliado en las carreteras, por ello resignados a lo que vendrá, se niegan a no aprovechar este tiempo y no dudan en adquirir sus detectores de radar que continúan vendiéndose como si no hubiera un mañana.
Una decisión que está siendo muy bien aprovechada por muchos comercios que han decidido obviar la futura ley y siguen manteniendo la legalidad de estos dispositivos, que en teoría ahora mismo lo son pero dentro de unos meses finalmente estarán completamente prohibidos, dado que el nuevo Reglamento General de Circulación ya ha pasado la prueba del Congreso y ya es cuestión de muy poco tiempo que esto pase a ser ilegal. Una denuncia que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto de manifiesto, alegando que se está utilizando para las ventas armas de «publicidad engañosa».
De cualquier forma, esto a día de hoy está permitido y es una decisión personal de cada uno, en función de lo que les compense o el miedo que se tenga a las multas de tráfico y mientras puedan aprovecharse de esta ventaja con las autoridades, lo harán sin pensarlo dos veces. También puede ser una forma de rebeldía contra una norma que no ha sentado muy bien entre los conductores al ver cómo se decide aumentar la velocidad en algunos tramos pero sin detectores de radar.
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