De sobra se conoce la efectividad de los radares en la tarea de imponer multas. Discretos, en muchos casos escondidos, suelen conseguir los resultados esperados de una manera más contundente. Los conductores temerosos de recibir multas acaban sucumbiendo y reduciendo la velocidad. Por esta razón en Almería han decidido sustituir en los barrios de La Cañada y El Alquián sus badenes o pasos sobreelevados existentes por radares que mantendrán a raya a los conductores.
Esta idea persigue además que los autobuses urbanos que circulan por esas zonas, puedan cumplir bien con sus horarios al facilitar el flujo del tráfico debido a que los badenes obligaban a una drástica reducción, que en muchos casos entorpecía la marcha de los vehículos en vez de ayudar a su circulación.
En total se tratan de 18 badenes, 12 en La Cañana y 6 en El Alquián cuya presencia era un problema tal como apuntaban desde Movilidad para la circulación y la reordenación que se piensa establecer en las líneas de autobús urbano de la ciudad andaluza. En su lugar serán ahora los radares o controles silenciosos los que vigilen el tráfico y adviertan e impongan las multas a aquéllos que pisen más de la cuenta el acelerador en estos conflictivos tramos.
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